Este es el último post de esta
serie de artículos que tratan los componentes básicos del amor según Sternberg.
Como recordaréis, éste decía que el amor se compone de tres elementos:intimidad, pasión y compromiso. Pues bien, sólo nos queda hablar del
compromiso.
Como ya dijimos el compromiso supone la intención de una
pareja de permanecer juntos superando las dificultades, de mantener una
relación a largo plazo. Cuando tenemos los otros dos componentes del amor
presentes en una relación de pareja, parece que el siguiente paso lógico sería
el compromiso, ¿no? Pues dar ese paso no es tan sencillo.
Fuente de la imagen: www.publicdomainpictures.net
Durante toda nuestra vida nos construimos un espacio seguro propio, cómodo, donde nos salvaguardamos de los demás. En ese espacio nos rodeamos de todo aquello que nos reconforta y tranquiliza: familia, amigos, aficiones, hábitos… Cuando empezamos una relación amorosa, solemos dedicarle más tiempo a la nueva pareja que a todo lo demás. Así que cuando surge la idea del compromiso, podemos llegar a plantearnos que al compartir nuestra vida con esa persona es posible que tengamos que renunciar a nuestro espacio seguro. Esto genera cierta incertidumbre que no todo el mundo maneja de la misma manera. Cuando una persona que quiere comprometerse no lo hace por miedo a perder todo lo anterior es cuando surge lo que llamamos el “miedo al compromiso”.
¿Cómo son las personas que tienen miedo al compromiso?
Las personas que tienen miedo al
compromiso suelen tener unas características comunes, como pueden ser, entre
otras:
Poca tolerancia al cambio:
evitan cualquier decisión o cambio que les haga peligrar su espacio seguro.
Excesiva rigidez y control de las
situaciones: necesitan tenerlo todo controlado, admiten pocas
desviaciones, porque no les gusta la incertidumbre que genera la falta de
control.
Baja autoestima: creen
que valen menos que los demás, incluida su pareja. Así que están convencidos de
que, tarde o temprano, les harán daño.
Dificultad para expresar sus
propias emociones.
Dificultad para asumir responsabilidades:
el deseo de no crecer puede llevar a no querer asumir ciertas responsabilidades
que conllevarían asumir una vida más de adulto, como es el matrimonio, los
hijos…
Deseo de comprometerse:
paradójicamente, estas personas tienen un gran deseo de comprometerse, de tener
una relación estable que cubra una carencia afectiva probablemente iniciada
durante la niñez (aunque no tiene porqué ser así). El problema surge cuando la
relación toma un cariz demasiado serio: entonces les entra el pánico.
¿Qué ocurre cuando surge el miedo?
Cuando la relación se torna algo
más seria, suelen empezar a dar largas
para hacer planes a largo plazo (como unas vacaciones) y para pasar tiempo
juntos (empieza a distanciarse y a
pasar más tiempo con sus amigos y familia). Además, surgen discusiones sobre el futuro de la pareja puesto que para esta
persona son temas que le incomodan y no deben tocarse. Apela a su derecho a la
libertad y a la independencia constantemente.
¿Qué medidas podemos tomar si sentimos miedo al compromiso?
Identificar el miedo: definir exactamente qué tememos perder
para poder enfrentarnos a ello.
Subir el autoestima: si nos sentimos más seguros es más
fácil aceptar que nos quieren de verdad y no tienen intención de hacernos daño.
Hablar con nuestra pareja: expresarle nuestros miedos,
nuestros sentimientos, contarle lo que nos ocurre. Así, podremos buscar una
solución, ir más despacio. Además, también podremos tranquilizarnos si le damos
la oportunidad de demostrarnos que no es un peligro para nuestro espacio seguro,
que puede ser un elemento dentro de él.
Sopesar los pros y los contras de romper la relación o seguir
adelante: debemos de juzgar qué es más importante para nosotros, qué
conlleva más beneficios y qué más sufrimiento.
Como conclusión, cabe aclarar que no todos los que no se comprometen en una relación es porque tienen miedo al compromiso. Cuando no querer comprometerse es simplemente una opción personal, no hay ningún problema en ello, aunque debemos ser sinceros desde el principio para no crear falsas expectativas y no hacer daño a nadie.
Leer otros posts que te pueden interesar:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, publicad comentarios que sean respetuosos y no utilicéis palabras malsonantes. Se aceptan opiniones de todo tipo mientras que no ofendan a nadie y se emplee un vocabulario adecuado. Muchas gracias.