domingo, 26 de enero de 2014

Hemos perdido la pasión, ¿cómo la volvemos a encontrar?

 
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    En el post “Pongamos que hablo del amor dijimos que el amor tiene tres componentes básicos según la Teoría Triangular del amor: intimidad, pasión y compromiso. Hoy vamos a hablar de la pasión, de la atracción física, del deseo sexual.
   
     Al comienzo de una relación, la atracción sexual suele ser lo que más une a una pareja. A medida que pasa el tiempo la pasión va disminuyendo para dejar paso a una mayor intimidad emocional y compromiso. Sin embargo, esta disminución de la pasión preocupa mucho a las parejas, siendo el motivo que más las lleva a consultar a un profesional.

     Hay que tener en cuenta que la pasión, o la falta de ella, no es algo que afecta sólo a la vida sexual de la pareja, sino que hay otros aspectos que se ven afectados. Cuando nos sentimos atraídos por alguien, queremos estar cerca de esa persona, la admiramos y nos resulta más fácil resolver los conflictos y tolerar las diferencias de opinión. Cuando esta atracción desaparece, todo lo anterior se resiente.

¿Qué hace que nos sintamos atraídos por unas personas y no por otras?
   
     Las características que hacen que sintamos atracción son muy diversas. Entre ellas podemos destacar:

-     Cualidades que muestran la buena salud reproductiva. Es decir, a los hombres les suelen atraer más las mujeres con grandes pechos y caderas porque eso muestra más capacidad para concebir, dar a luz y amamantar a la descendencia. A las mujeres nos gustan más, por lo general, los hombres grandes con anchos hombros y voz grave, porque eso muestra una mayor cantidad de testosterona y, por tanto, una mayor probabilidad de concebir.

-   Parecido físico con nosotros mismos y con nuestra familia. Esto es porque así aseguramos que nuestros genes se mezclen con otros parecidos y aumentamos las probabilidades de que nuestros hijos se parezcan a nosotros.

-   Características externas, como la forma de vestir, de caminar, el olor que desprendemos...

-   Características deseables. Es decir, características que queremos para  nosotros mismos y para nuestros futuros hijos. Así, los hombres buscan belleza, afecto y habilidades sociales. Las mujeres preferimos fijarnos más en el liderazgo, el nivel cultural y el estatus socioeconómico.

-       Similitud en la manera de pensar, en los intereses,…

¿Qué hace que disminuya la pasión en la pareja?

Factores biológicos: los cambios hormonales producidos por la edad, intervenciones quirúrgicas, enfermedades crónicas, disfunciones sexuales… Si la falta de pasión o de deseo sexual se debe a una causa física siempre existen soluciones farmacológicas que nos puede recetar un médico.

Factores psicológicos o emocionales: la rutina (tanto de la vida diaria como de las relaciones sexuales), problemas económicos, familiares, conflictos entre ambos miembros de la pareja, disfunciones sexuales, etc.

¿Qué podemos hacer para solucionarlo?

      A continuación, vamos a ver unas acciones que podemos llevar a cabo para reavivar esa “chispa” que teníamos:

-     Cuidar la apariencia física. Cuando llevamos mucho tiempo dentro de una relación, tendemos a tomar al otro como algo “seguro”, que ya no hay que conquistar y nos descuidamos un poco de nuestra apariencia física. Si nos cuidamos, no sólo aumentaremos la atracción física de nuestra pareja hacia nosotros, sino que también aumentaremos nuestra autoestima, lo que incrementa, a su vez, nuestro atractivo y nuestra libido.

- Tener una buena educación sexual: buscar información, hablar con personas de nuestro entorno… La información es poder. Muchas veces podemos sentirnos cohibidos por desconocimiento, por mitos y por falsas creencias.

-    Hablar con nuestra pareja sobre lo que nos gusta y lo que no (a ambos), nuestras expectativas, nuestros miedos o si creemos que hay algún problema. Todo esto sin juzgar, sin alterarse, sin reproches, sin reírse y sin ridiculizar, escuchando activamente.

-    Hay problemas puntuales que pueden afectar a la libido. Pero cuando desaparece el problema, aparece el deseo sexual. En estos casos conviene tener paciencia y no tomárselo como si fuera el fin de la relación. Esto puede cohibir a nuestra pareja y, al final, acabar afectando a la vida sexual.

-    Cuidar la relación con tu pareja con palabras bonitas, con caricias, besos, agradecer los gestos que tenga contigo…

-   Luchar contra la rutina y la monotonía: organizar escapadas de fin de semana los dos solos, paseos, cenas románticas, llamadas insinuantes en horas de trabajo… Hay que echarle imaginación y esfuerzo.

-    Mantener la complicidad, un lenguaje privado entre los dos que no entiende nadie más y que crea una conexión especial entre los dos.

-     Reservar unos minutos al día (aunque sólo sean cinco) a la relación, fuera de los problemas domésticos, de la familia, de la hipoteca… Algo que nos haga recordar que seguimos siendo una pareja.


      Por supuesto, también hay que cuidar la intimidad y el compromiso. Cuando uno de los componentes de la relación no funciona, los otros se tambalean y corren peligro porque están interconectados. Mantener la pasión con el paso de los años requiere de mucho esfuerzo y dedicación, de comunicación y complicidad, de no dormirse ni conformarse. Si todo lo anterior falla, pedir ayuda a un profesional puede ser la respuesta.

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