La autoestima es la capacidad que tiene el ser humano para
quererse a sí mismo, para valorarse y para creer en sus habilidades y en sus
virtudes. Aclarado esto, ¿de qué depende la autoestima de una persona? ¿Qué es
lo que hace que disminuya o que aumente? ¿Qué diferencia a las personas que
tienen una autoestima alta de las personas que tienen una autoestima baja? ¿Cómo afecta la actual situación de crisis económica a este tema? ¿Qué podemos
hacer al respecto?
Vamos a intentar dar respuesta a todas estas cuestiones.
Empezaremos hablando de las características generales de las personas en ambos polos de
la ecuación:
Personas con alta autoestima:
- Son capaces de construirse una sólida red de apoyos y mantenerla. Esto se debe a que les resulta más fácil comunicarse y disfrutan de las relaciones sociales. No temen tomar la iniciativa para dirigirse a la gente.
- Buscan el lado positivo de las malas situaciones, piensan en ellas como retos que hay que superar, asumen sus responsabilidades y actúan.
- Si sus soluciones no obtienen el resultado que esperaban, no se vienen abajo: cambian de estrategia y vuelven a empezar.
Personas con baja autoestima:
- Se sienten inseguros ante la mayor parte de las situaciones porque no creen en sí mismos. Dudan de sus habilidades físicas, intelectuales y sociales.
- Atribuyen a causas internas las dificultades (por ejemplo, si una persona con autoestima baja resulta despedida como consecuencia de una reducción de plantilla en su empresa probablemente atribuya la situación a su falta de inteligencia o de carisma).
- Tienen dificultades para crear nuevas relaciones sociales y para mantener las ya existentes. No disfrutan con ellas, se sienten incómodos y tienden a aislarse. Rara vez toman la iniciativa para dirigirse a la gente.
- Les cuesta alcanzar las metas propuestas porque no se ven capaces de cumplirlas. Suelen abandonar ante las dificultades que se les presentan.
- Por esta misma razón, pueden presentar un claro descenso del rendimiento.
- Además de todo esto, las personas con baja autoestima pueden tener conductas extremas ante situaciones conflictivas: pueden reaccionar de forma muy sumisa o, por el contrario, de manera agresiva.
¿De qué manera afecta la situación de crisis económica a la
autoestima?
En esta sociedad, nos identificamos más por nuestra
profesión (lo que hacemos) que con lo que realmente somos. Decimos “soy
ingeniero” o “soy camarero” en lugar de decir “trabajo como ingeniero pero soy
padre, esposo, hijo, hermano, amigo, simpático, inteligente, responsable…”
Construimos nuestra identidad social en base a un baremo socioeconómico. Nos
seguimos separando por clases y colocamos nuestra autoestima en el mismo
escalón que la clase social a la que pertenecemos. Y ahí está el principal
problema. Cuando perdemos nuestro trabajo, perdemos nuestra identidad. A partir
de ahí no sabemos quiénes somos, cuánto valemos, si merecemos o no seguir
perteneciendo a nuestra clase social.
La situación actual, con pocas oportunidades laborales,
perpetúa el problema. Cuánto más tiempo estamos sin trabajo, más baja nuestra
autoestima y más difícil es que encontremos una solución.
¿Qué podemos hacer al respecto?
- Debemos analizar las situaciones desde una cierta distancia, lo más objetivamente que podamos. Con esto conseguiremos, no sólo no culparnos por situaciones que escapan a nuestro alcance, sino además ver más claramente las opciones que tenemos.
- Tomar el control: formarnos (de acuerdo a las demandas del mercado laboral para aumentar nuestras opciones), prepararse para cada entrevista de trabajo concienzudamente, buscar contactos,…
- No rendirnos. Si vemos una oferta de trabajo y pensamos “no me van a coger”, “hay gente mucho más preparada que yo”, lo más probable es que ni lleguemos a solicitar el puesto. Sin embargo, esos pensamientos son nuestros. No tenemos ni idea de lo que va a pensar la persona encargada de la selección. Hasta que no tengamos una respuesta concreta, no hay nada escrito.
- Aceptar nuestras limitaciones, intentar superarlas y potenciar nuestras virtudes y habilidades.
- Debemos buscar aquello que nos hace únicos a cada uno de nosotros.
- Procurar formar una sólida red de apoyos. Esto nos ayuda a sentirnos queridos y valorados, nos proporciona la tranquilidad de tener una sujeción si nos hace falta y nos hace sentirnos útiles cuando son los demás quienes necesitan nuestra ayuda.
- Necesitamos relajarnos, disfrutar de ocio y de tiempo de calidad con nuestros seres queridos. No debemos pensar que, porque no estamos trabajando, no lo necesitamos o no lo merecemos. Esta situación es mucho más estresante que cuando estamos a tope de trabajo. Así que no hay excusas: lo necesitamos y lo merecemos.
- Otra cosa que va a aumentar nuestra autoestima mientras estemos desempleados: echar una mano a las personas de nuestro entorno. Nos ayudará a sentirnos útiles.
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