Se ha escrito mucho sobre cómo hacer dieta, qué rutinas de
ejercicios debemos hacer… pero, ¿sabemos cómo ayudar a alguien que está a
dieta?
Es muy común que cuando alguien de nuestro entorno se pone a
régimen, nosotros adoptemos el papel de policías vigilando que no se lo salte,
que haga ejercicio… O, por el contrario, podemos ponerle las tentaciones
delante, sin mala intención, pero con poco tacto.
Debemos tener en cuenta que, en muchas ocasiones, las
personas que necesitan perder peso tienen un problema de autocontrol con la
comida. Y, uno de los objetivos principales de las dietas es aprender a tener
el control. Es muy contraproducente que lo tomen otros en su lugar, así que
nada de vigilar, ni reprochar. Ese no es nuestro cometido y, lo más probable es
que tampoco sea bien aceptado. ¿Cómo podemos ayudar, entonces?
Comer lo mismo que ellos. Las dietas suelen basarse en
cambiar los hábitos alimenticios, en comer más sano, así que puede ser una gran
oportunidad para que nosotros también comamos mejor, aunque no necesitemos
adelgazar. Desde luego, llevar una dieta saludable no nos va a hacer daño.
Comer delante de ellos lo que a ellos les gustaría estar comiendo es cruel,
además de que les genera ansiedad y aumenta las probabilidades de que
abandonen.
Acompañarles a hacer ejercicio. Lo mismo que en el punto
anterior: no nos va a hacer daño movernos un poco. Y si lo hacen acompañados
aumentará su motivación.
Reforzar. Reconocerles el esfuerzo que están haciendo y lo
que están consiguiendo y felicitarles por ello. A todo el mundo le gusta y le
motiva una palmadita en el hombro de vez en cuando.
Olvidar los fallos. Cuando caigan ante una tentación o
tengan una recaída, nosotros no debemos reprocharles su fallo ni hacer nada al
respecto. Son ellos los que deben recuperar el control. Lo único que podemos
hacer en este punto es dar ánimos si vemos que lo necesitan y reforzarles
cuando recuperen el control.
No menospreciar sus motivos. Sea cual sea el motivo por el
que se hayan puesto a dieta, lo importante es que lo han hecho.
No comentar su dieta con los demás. Muchas personas se
sienten avergonzadas por tener que ponerse a régimen y no les gustará oír que
lo comentamos con otras personas. Si queremos decirles algo respecto a su
dieta, mejor en privado.
Apoyar sin pasarse. Si mostramos demasiado entusiasmo,
podemos estar provocando mucha presión en ellos, lo que se traduce en ansiedad
y en abandono.
Y, sobre todo, debemos tener mucha paciencia porque la ansiedad
que sufrirán durante la dieta les pondrá de mal humor. Pero si cumplimos los
puntos anteriores seguro que les resulta mucho más fácil. Mucha suerte
Tengo que agradecer este artículo a Cecilia Requena, una
lectora del blog que me sugirió este tema. Cecilia, espero que te sirva de
ayuda. Un saludo
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